Escucho con frecuencia que los beneficios de una empresa están ligados al cuidado que reciben sus trabajadores. Desconozco que quiere decir "cuidado", pero tal afirmación me parece más un deseo, que una realidad constatable, por muy neurocientífica que sea.
¿Acaso una empresa no tendría beneficios, y muy altos, si sus empleados quisieran que fuera la mejor, la número uno? ¿No es cierto que los mejores quieren trabajar en la mejor empresa? ¿Si me ofrecen un viaje a Madagascar, dos días más de vacaciones, más dinero, etc. el ogro de mi jefe se vuelve una persona entrañable y cariñosa?
Ya recomendaba el Pseudo Aristóteles que el propietario debía tratar bien a sus esclavos: alimentarlos, vestirlos, darles el reposo adecuado, sin olvidar el mayor incentivo de todos, prometerles la libertad para cuando llegara su jubilación. Demasiados paralelismos entre el ayer y el hoy.
Los motivadores, una figura esencial en el mundo de la empresa, recogen de la realidad aquello que apoya su tesis, y aunque no sea cierto del todo, no hacen mal diciendo que la empresa que cuida a sus empleado tiene más beneficios, que si quieres un buen coche, una buena casa y una familia estupenda has de dejarte la vida trabajando, que en los equipos donde la gente es feliz, o aparenta ser feliz, se tienen más ideas y se trabaja mejor, etc. Por supuesto que su aportación es muy interesante.
¿Estamos confundiendo el foco? Lo que interesa a una empresa son las personas, los beneficios vienen después. ¿Y a las personas, a los buenos trabajadores, qué les interesa? ¡Quieren la mejor empresa a la que puedan optar! No la más entretenida, en las no hay carrera, por muchos dulces que te den.
Por supuesto que una empresa necesita de todos los perfiles, no voy a enumerarlos, pero lo que sí es cierto es que necesita un 70% de trabajadores libres, activos y leales, un 20% de cansados a los que hay que reemplazar y un 10% de quemados.
Estas cifras por supuesto no tienen base científica, pero ojalá las cumpla tu empresa.
Si es así felicidades.
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